En mi experiencia como apicultora y emprendedora, el proceso de elaboración de la miel es un fascinante viaje que comienza con la recolección del néctar de las flores por las abejas obreras. Una vez en la colmena, el néctar se transforma en miel a través de diversas digestiones enzimáticas, convirtiéndolo en un producto rico en fructosa y glucosa. Posteriormente, las abejas eliminan el exceso de humedad abanicando las celdas con sus alas, logrando una concentración del 80% de agua. Para preservar la calidad de la miel, las abejas sellan las celdas con cera, permitiendo su conservación durante años.

Nos tomamos muy en serio la producción de miel cruda. Todos nuestros procesos son en frío, prensamos los bastidores para filtrar la miel y realizamos el envasado artesanalmente sin el uso de termo envasadoras. Mantener nuestra miel a la temperatura adecuada garantiza la conservación de todas sus propiedades: vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y prebióticos.
La cría de abejas no solo nos brinda miel de alta calidad, sino que también contribuye a preservar la biodiversidad y mantener el equilibrio natural como polinizadoras. Estamos comprometidos con el cuidado y la conservación de los entornos donde se encuentran nuestros apiarios.

A través del trabajo en equipo entre las abejas y los apicultores, garantizamos un proceso óptimo que culmina con la extracción de los bastidores cargados de cera y miel para su decantación. Este cuidadoso proceso nos permite ofrecer una miel cruda excepcional que conserva todas sus propiedades naturales y beneficios para la salud.
Recuerda que consumir miel cruda no solo es una delicia para el paladar, sino que también aporta numerosos beneficios para tu organismo debido a sus propiedades antivirales, antibacterianas y su riqueza nutricional.

En Sociedad de Abejas, nos esforzamos por ofrecer un producto puro y natural que refleje nuestro compromiso con la calidad y el respeto por la naturaleza